Cuando era niña, mi mayor sueño era tener un jardín muy amplio, una soga colgando de un árbol y mecerme ahí durante horas, una gran piscina donde jamas me podría aburrir y por supuesto una autentica casa del árbol para vivir mis propias aventuras.
Años atrás, con mi familia, ivamos a pasar una tarde de domingo, todos los fines de semana, a una estancia, y mientras otros chicos y chicas de mi edad se divertían juntos, a todos les asombraba ver como yo me iba de ese lugar con una sonrisa en la cara por el simple hecho de haberme recostado toda la tarde sintiendo el color del césped mirando el cielo azul. Jamas voy a olvidar ese aroma al rocío, ese viento que rozaba mi rostro, ese paisaje que se observaba solo desde MI punto de vista; así descubrí que mi pasión por un jardín gigante, se basaba en mas que un par de juegos de niños.Basada en hechos reales.
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