Su mirada me transporta a un lugar tranquilo, lleno de paz, donde podría quedarme años a vivir. Los diez mil deseos y expectativas que siempre soñé en una persona, ya no importan. Nada importa, solo nosotros dos. La forma con la que soñamos las mismas cosas, provocan unas ganas de abrazarlo en cada segundo posible. Porque él es lo que necesito ahora, me saca el estrés me hace volar, puedo soñar sin preocuparme por nada, puedo ser yo misma en cualquier aspecto, cada palabra que dice es una sonrisa para mi, y claramente su sonrisa es el cable a tierra que me hace dar cuenta de lo que esta pasando... Y pensar que aposte por todo esto desde la primera noche que no pude parar de observarlo.
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